Actualmente la gran mayoría de las empresas tienen presencia activa en las distintas redes sociales lo que se traduce en una estrategia de marketing. Dicha labor se lleva a cabo de forma directa a través de sus propios perfiles de marca, o de forma indirecta a través de la información que aparece en los perfiles profesionales de las personas que allí trabajan. Cuando es la empresa quien lleva a cabo esta tarea de manera directa, surge la figura o rol del “Community Manager” quien está a cargo de gestionar la identidad on-line de la organización bajo las directrices, políticas y procedimientos de seguridad definidos.
Sin embargo, el mayor riesgo en el uso de las redes sociales reside en los perfiles personales de los colaboradores y la información que por estos canales se divulga, ya que puede ocasionar fugas de información sensible y muchas veces estratégica para el negocio especialmente en las cuentas de aquellos usuarios que cumplen roles de dirección y confianza siendo estos últimos, con frecuencia, víctimas reiteradas de delitos de “social hacking y/o ingeniería social”.
