La Continuidad del Negocio es clave en los tiempos que estamos viviendo en nuestro país
El último trimestre del año 2019 no terminó de forma regular, lo cual afecto a varias empresas e instituciones que debían sortear problemas inesperados para ellos, que poca relación tienen con su habitual funcionamiento. Mismo efecto ocurrió en las universidades y centros de formación técnica, cerrando sus años académicos de forma irregular. Problemas con el transporte y seguridad de toda su comunidad y una constante incertidumbre ante la decisión que tomarían los rectores, decanos y directores. El rol de estos espacios de formación, a quienes se les exige lograr solucionar los problemas del presente y futuro en un camino de constante búsqueda y difusión de conocimiento, será difícil por algunos años. Pero también cumplir con su obligación contractual, formar a sus alumnos.
Una respuesta rápida en el derecho suele ser “que a lo imposible nadie esta obligado”, por ello me parece del todo acertada la editorial del Mercurio del día domingo 9 de febrero, que sentenciaba “Los planteles no parecen siempre celosos en satisfacer su papel esencial: la formación de jóvenes y la generación y debate de las ideas.” Quizás el interés de las instituciones de educación es distinto al de otras empresas. Aquí el cliente/estudiante no se ira hasta terminado el semestre o el año, en otros negocios simplemente el cliente deja de comprar y la empresa ya no percibe ese ingreso. Pero los efectos para estas instituciones se notarán con latencia, pero serán reales. La imposibilidad de tener las evaluaciones en la forma y tiempo planeadas pero sobre todo dictar clases de forma regular y segura a fin de cumplir el curriculum propuesto al alumno al momento de su matricula. Esto será un problema que se arrastrará en vacíos de conocimiento en los alumnos y una mala formación, que no solo perjudicara a este estudiante, también afectará el prestigio de las instituciones que no tomen medidas que les permitan tener un buen plan de continuidad de negocios. Lo cual implica, tener previamente un método estructurado para garantizar la realización de clases y evaluaciones relevantes durante una eventualidad. Y proporciona la capacidad demostrada de lograr mantener el funcionamiento de los centros de formación o universidades.
Pero nada de esto es nuevo, para evitar impactos contractuales, buscar la continuidad operativa y proteger su reputación, es importante implementar un Plan de Continuidad del Negocio basado en la norma ISO 22301 sobre Gestión de la Continuidad del Negocio. Siendo una solución ya probada para tiempos en que las situaciones imprevistas, no son excepciones sino la norma.
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